Entrevista con Blanca de la Torre, co-comisaria de The Overview Effect

The Overview Effect es el título de una ambiciosa propuesta expositiva, alternativa a los modos curatoriales más tradicionales que explora la cuestión de la justicia medioambiental y que analiza los vínculos existentes entre el cambio climático y otras formas de injusticia relacionadas con el género, la raza, el imperialismo corporativo, la soberanía indígena, y la importancia de descolonizar y desantropocentrar el planeta para transformar no sólo nuestra mirada sino nuestra comprensión del mundo de manera inclusiva a todas las especies que habitamos el planeta. Tenemos la suerte de hablar con Blanca de la Torre, co-comisaria de la muestra, junto a Zoran Erić actualmente en el Museo de Arte Contemporáneo de Belgrado, y hasta el 20 de septiembre de 2021.

En primer lugar, nos puedes dar una breve explicación del título ¿Por qué The Overview Effect o efecto panorama en su traducción al castellano? ¿Qué hay detrás de este concepto?

Es un término acuñado por Frank White en 1987 para describir el cambio cognitivo que sentían los astronautas al mirar hacia atrás y ver la Tierra desde el espacio.

A nosotras -el proyecto lo co-comisario con Zoran Eric, chief curator del MOCAB- nos parecía una metáfora muy acertada para reflexionar sobre la miopía actual en torno a la emergencia ecológica y la evidente falta de visión panorámica.

Para abordar justicia ambiental es necesario un análisis de los vínculos entre el cambio climático y justicia ambiental con otras formas de injusticia relacionadas con el género, la raza, el imperialismo corporativo, la colonización, la soberanía indígena, la coexistencia con otras especies, etc.

La pregunta que lanzamos es, ¿necesitamos un punto de vista tan distante del planeta que ocupamos, a modo de tripulación de la “Nave Espacial Tierra”, por apropiarnos del concepto de Buckminster Fuller, para darnos cuenta de que esta “nave espacial” se está quedando sin “combustible” lentamente y que la tripulación necesita “oxígeno”?

En este proyecto hay una ambición implícita entiendo, que es la de hacer pedagogía en torno a una transformación necesaria de mentalidad. Actuar como resorte para que, como colectivo humano iniciemos esta transformación de nuestra comprensión del planeta que habitamos junto al resto de especies para generar una mirada más integradora e inclusiva. Las mentalidades, las ideas y las creencias son al fin y al cabo un constructo social y por tanto maleables. ¿Cómo entiendes tú este proceso de transformación? ¿Eres optimista al respecto?

Creo que es necesario un cambio radical en la cosmovisión. Si no modificamos de raíz las bases sobre las que hemos construido esta sociedad -capitalistas, antropocéntricas, coloniales, heteropatriarcales etc- no lograremos la descarbonización. Y no lograr la ansiada meta de ser neutros en carbono para 2050 implica consecuencias devastadoras, y estas van a recaer (como muchas de ellas ya están recayendo) en las zonas, sectores y colectivos más vulnerables.

La transición a ese “otro planeta” que tenemos que construir no va a ser fácil, tenemos que hacer un esfuerzo titánico para lograrlo, y quienes estamos en las regiones más privilegiadas del planeta deberíamos hacer un esfuerzo exponencialmente mayor, sería lo justo. Estamos en la década decisiva, si no pasamos a la acción de manera seria tomando medidas radicales al respecto durante estos próximos diez años no habrá nada que hacer. A esto hay que añadir que necesitaremos invertir mucho en desarrollar proyectos de mitigación, porque incluso consiguiendo la descarbonización en 2050 los gases de efecto invernadero permanecerán en la atmósfera durante décadas.

Mi carácter es optimista, y creo firmemente que podemos lograrlo, aunque reconozco que hay días en que me desanimo viendo que en la mayoría de los casos desde la agenda política todo tiende a quedarse en declaraciones de buenas intenciones.

Me parece muy interesante tu forma de abordar desde un primer momento la cuestión climática en conexión con otro tipo de problemáticas de carácter social. Justicia climática y justicia social van de la mano. ¿Por qué crees tú que nos cuesta tanto hacer esa conexión en el imaginario colectivo?

Los motivos son varios y complejos, pero creo que el principal tiene que ver con la herencia de una mentalidad ilustrada y de corte cartesiano que nos enseñó a comprender todo en categorías herméticas, eludiendo la visión holística.

Y mayormente tiene que ver con las bases sobre las que hemos construido el mundo, por eso la única salida es un cambio de paradigma. Estamos ante una crisis de tal envergadura que no puede solucionarse parcheando o buscando soluciones puramente tecnológicas. Hay que ir mucho más allá.

A todo esto se unen otros factores, como el carácter un tanto abstracto del cambio climático, el hecho de que la sociedad no parece ver (o querer ver) sus consecuencias de manera tan directa como otras problemáticas más visibles y cuantificables. Además nuestra mente tiene tendencia a fragmentar las cosas para comprenderlas mejor, y en esa compartimentación perdemos la visión global.

Pero vamos, el motivo principal se puede resumir en haber construido un mundo sobre cimientos coloniales, capitalistas, antropocéntricos y heteropatriarcales.

Háblanos por favor de los ECO-LABS como propuesta de generación de contenidos además de espacios para la experimentación.

Para abordar una investigación tan amplia y compleja los formatos curatoriales habituales se nos quedaban cortos. A mí me encanta hacer exposiciones, pero procuro que los formatos tengan puntos de fuga para revisar en profundidad algunas de las tesis que se proponen en el proyecto. La exposición, a pesar de que es enorme -son alrededor de cincuenta artistas y abarca todo el museo- abre muchas puertas a otras microinvestigaciones y narrativas que es necesario atender desde otros ángulos y formatos. Por eso planteamos la división de las líneas de investigación en 6 ECO_LABS como ejes articuladores de la muestra, pero al mismo tiempo se trabaja en ellos a través de talleres, actividades, grupos de trabajo y eventos teóricos.

Los seis están interconectados: Gender, Race and the Colonial Trace, que habla de la interrelación de las problemáticas ecológicas con el género, la etnia y la colonización, Watertopias, pone el foco en el agua (una de mis obsesiones), There is no Edge!, en torno a los ecosistemas terrestres, Learning from Indigenous Knowledge, donde prestamos atención a culturas y epistemologías indígenas, Beyond the Anthropocene, donde se cuestiona el término Antropoceno (también habitual en mis investigaciones, mi propuesta es el Bioceno) y se desarrolla trabajando en línea con el pensamiento post-humanista, animismo y coexistencia interespecies, y finalmente Back to the Future, donde se especula con posibilidades en torno al futuro.

 

Por último ¿Existe una intención consciente de hacer eco, a través de tu propuesta curatorial, a la transversalidad e interconexión de nuestro propio ecosistema?

Por supuesto, por eso los ECO_LABS que acabo de comentar responden a esa idea rizomática y dinámica. La propuesta curatorial apela a esa transversalidad como forma clave de conocimiento y establece un enfoque transdisciplinario donde entran en juego diferentes disciplinas y sectores como las artes, las humanidades, las ciencias sociales, la botánica, el activismo etc.

Esta interconexión también se ha buscado a través de los otros centros, museos y organizaciones involucradas en el proyecto. Después de Belgrado, los ECO_LABS seguirán vivos desarrollándose en diferentes formas (exposiciones, talleres, formatos teóricos e investigativos) en lugares a lo largo del planeta: Finlandia, México, Sudáfrica, Estados Unidos, Polonia, Ljubljana.

De este modo se establecen conexiones entre problemáticas locales y globales, que es también fundamental para abordar la crisis climática con ese “overview effect”.