Se buscan filántropos frívolos

Aviso que voy a hablar de dinero. Y mira que me jode, pero es lo que es.

Me reconozco una persona tremendamente afortunada por lo que hago y desde donde lo hago, un privilegiado. Pero es cierto que el grueso de mi día gira en torno a buscar dinero, o recursos que queda más “management”, y ahí voy naufragando mientras llego a las orillas. Y como veo mucho náufrago, aquí estoy. Ojo, tampoco pretendo convertir esto en un “Negados Anónimos”.

Coincidiendo con que estamos arrancando La PACA, el festival de prácticas artísticas comunitarias que hemos puesto en marcha con Kubbo, pensaba en todo esto.

Siempre hay aspectos formales respecto a los tiempos, el grado de desarrollo de las propuestas, el momento de tus interlocutores o el propio volumen de inversión, siempre relativo, que hace que las conversaciones avancen. Mis pensamientos iban en otra dirección.

¿Qué proyectos artísticos y culturales se financian con más facilidad? ¿Hay cultura con mayúsculas y cultura con minúsculas? ¿Qué le pide un financiador a un proyecto cultural? ¿Dónde acaba la cultura y empieza el entretenimiento? Es tal el número de propuestas y necesidades culturales a apoyar que por algún sitio hay que cortar. ¿Sólo eso? ¿Cuál es el retorno de la inversión? El que sea.

Visibilidad, impacto, influencia, reconocimiento, escalabilidad, ingresos, reputación, votos, ….

¿Y la pasión? ¿El placer? ¿La convicción? Lo leo y me resulta frívolo, inocente. Quizás ese sea el problema. Financiar iniciativas por pura pasión, curiosidad, convicción o simple placer, hoy en día representan un mágico acto de rebeldía.

Filántropos frívolos del mundo daros un paseo por el barrio de Tetuán en Madrid el día 26 de febrero y veniros a La PACA, estáis invitados.

 

Jose Illana, Fundador de Quiero e impulsor de La Revolución de las Emociones